2/4/07

La prevalencia de la estética

La prevalencia del tema sobre cualquier otro aspecto de la obra de arte. Repetía una y otra vez esta frase en su cabeza, mientras con la mano escribía que repetía una y otra la frase, casi inconscientemente, un poco antes. Pero no le encontraba ningún sentido. Sonaban vacías, las palabras, como una pieza de chatarra que, sin embargo, ha sido montada de nuevo, pulida con la apariencia y la intención ignota de ser algo con sentido, pero que, en realidad, es todo lo contrario: el absurdo de los peces voladores. Por eso el vacío, pero vacío con sonido. Quizás, fuera éste el problema, que a pesar de todo sonaban las palabras y, por ello, no podía quitárselas de la cabeza. Las frases así surgidas tenían un ritmo cuya cadencia se alzaba pesadamente, como una ola va creciendo en la lejanía, se acerca y empuja todo su peso para desplomarse sobre sí misma, y su sonoridad salpicaba de ecos la rompiente de la sílaba, que se percibía incompleta, detenida, como fotografiada en el momento justo de empezar a decrecer y extenderse por la playa, inundando cada poro de la arena.
Esa especie de tropiezo del sentido en el arrastre del ritmo era lo que lo tenía secuestrado de sí mismo, girando sin rumbo por lo que había escrito, por lo que estaba a punto de escribir y nunca llegaría a hacerlo, porque ese punto estaba siempre desplazado, en escapada continua por la inminencia que denota.
En esa tierra de nadie se encontraba cuando agarró el bolígrafo y comenzó a garabatear sobre la hoja como si nadie, en realidad, no fuera alguien, esa persona ausente y vigilante de las tierras fronterizas que no pertenecen ni a los unos ni a los otros, pero que a ambos están ligadas por su no estar. La única manera de escapar de ahí y volver hacia sí mismo eran esos garabatos que se iban agolpando en letras y sonidos que rasgaban la neutralidad de la hoja en blanco, abriendo paso por aquel estar a punto. Intentar llegar, tirado por esa vaciedad sonora. Pero no llegaba. Cada vez se encontraba más lejos de ver un sentido a todo aquello y todo le bailaba. Terminó escribiendo. La prevalencia de la estética sobre cualquier aspecto temático de la obra de arte.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

La profecía autocumplida es el medio que tiene la abuela que nos habita de decir ya te lo dije. En efecto, Sócrates, la abuela venerable que se tiraba de los pelos delante del Rúbicón, que se presentó ante Boecio hecha unos zorros, cuitada. Mi tiempo no ha llegado aún, pero no he esperado a que llegue en la Parousia Cristo con su bata de cola. Y todo esto porque os amo ¡Hermanos, estoy aquí! ¡Yo también me esnifo!

Anónimo dijo...

Bienvenido/a anónimo...Pirueta y salto mortal. Casi me estrello contra el domador de palabras cuando leo lo tuyo. Me suena, me suena mucho. Y me gusta que haya hermanos que compartan ese placer por lo pulverizado, por los aspersores, que dispersan las ideas. ¡Buena profecía!

Anónimo dijo...

De Shakespeare uno y otro en francachela/
anónimo me llaman y es sin tino:
hermanos nos hicieron cola y vino
en los parques y campas de Pucela.

Pues de este par sin par sigo la estela/
y a seguirla me empuja mi destino
ya sea el castellano o el berlino
de mi pie solaz, de mi lengua escuela./

Anónimo no soy, que no me han hecho
el tiempo y la distancia otra persona/
mi nombre, aunque es legión, es conocido/

y alienta en vuestra alma y vuestro pecho./
Algo ajada estoy, pero igual de mona./
Nos queda reiterar lo ya sabido.

Anónimo dijo...

Mis pucheros flipan cuando leo estas cosas me encanta aderezar los alimentos con un poco de retórica, adorno y griego, todo sale mejor, huele a sabiduria joven, prometedora, filosófica. Seguiré leyendo en castellano, o berlino, me encanta lo divino, me abre los sentidos lo leído. Gracias por este ratito

Anónimo dijo...

Reconozco esa lengua de artimañas/
Urdiendo yámbicos, mi buen licurgo./
Te digo que lo sé, que no me engañas,
Haz el favor y vente a Brandemburgo.

Anónimo dijo...

Que tiene Brandemburgo mala rima
mi novio lo venía pregonando.
Yo en cambio, maza en mano, a Dios rogando
un soneto te planto de otro encima

No quiero que te mine la autoestima
la merma de Licurgo, porque amando
mi espada es de algodón, mi escudo es blando
mi látigo acaricia y aún os mima.

Y aprovecho aquí y cambio mi terceta
que veo ahora algo coja y remolona
e incluso algo modorra en el sonido

quien tenga acceso al blog que (mmmm) me lo meta:
"Seré algo vieja mas igual de mona
seré ceniza mas tendré sentido"

Anónimo dijo...

De niño amor tu mazo a Dios rogando,
barrena del sonido,
pues roca sulfurando
es el verso extraído por Cupido,
sentido me está dando.


¡Gracias también a Rea,
que pucheros, salud y letras vea!

Anónimo dijo...

No pudo el ciego error del luterano
ni el fuego calvinista
torcer ni ajar tu ardor de buen cristiano
tu ánima de artista
católico poeta deslumbrando
postrado el mundo entero
de niño amor tu mazo a Dios rogando.

Tu lira que resuena
tu silva blanca bella
canela de la buena
encima de natillas tras paella
concierto de canónigos dormido
barrena del sonido.

Tu verbo es eficaz
tu verso que te gloso
es remanso de paz
al par de los levantes del Toboso
y siento que tu metro si lo escando
es roca sulfurando.

El ímpetu germano que denuesto
te ciñe de laureles y azucenas
aprecio vuestro gesto
en gesta esta de silvas de las buenas.
El tiempo que me ha tan malherido
remedio sin embargo está mostrando
pues el verso extraído por Cupido
sentido me está dando.

vaderetrocordero dijo...

Parece que haya abandonado a esta criatura tras el parto, pero paciencia. Enseguida estoy con ustedes.

vaderetrocordero dijo...

Et voilà! Ya tenemos imagen de cabecera (¡que funciona bien!).

Anónimo dijo...

Entre lirios pacía otro cordero
que quita los pecados de este mundo
habitaba en lo puro, en lo profundo
en un triángulo un ojo por sombrero

Él es original, es el primero
tú eres original pero segundo
no por ello peor, menos fecundo
no por ello menos pinturero.

Soneto para ti, oveja en ciernes
me doy la bienvenida a tu terreno
de sombra acogedora y pasto bueno.

El cordero de Dios que murió en Viernes
su sangre nos dejó en la Eucaristía.
Mi sangre por ti fluye cada día.

Ruth S. dijo...

Hola, venid a verme, morenos.

Anónimo dijo...

tanto va el cántaro al diccionario que sigue hueco y se cree boticario,por eso coge un cuaderno y su abrigo, camina un rato y para junto al olivo. Hace frío en esta tierra, internet evapora la ansiedad y pacifica esta guerra que el miedo aprendido sostiene con mis nervios como perra.